El covid-19 ha conseguido paralizar la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo, pero no que otras enfermedades sigan amenazando. Y tampoco que los médicos hagan lo posible para ponerles remedio. El pasado viernes, en plena pandemia y estado de alarma, una familia de Barcelona volvía a su casa con su hijo de 31 meses recién multitrasplantado en el hospital de La Paz de Madrid por una malformación intestinal, una gastrosquisis, que fue detectada ya en el embarazo.